Novena al Divino Niño Jesús. Tercer Domingo.


Oración para todos los domingos.


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.Señor Dios, Rey Omnipotente: en tus manos están puestas todas las cosas. ¿Si quieres salvar a tu pueblo nadie puede resistir a Tu Majestad? Señor: Dios de nuestros padres: ten misericordia de tu pueblo porque los enemigos del alma quieren perdernos y las dificultades que se nos presentan son muy grandes. Tu has dicho: "Pedid y se os dará. El que pide recibe. Todo lo que pida al Padre en mi nombre os lo concederá. Pero pedid con fe". Escucha pues nuestras oraciones. Perdona nuestras culpas. Aleja de nosotros los castigos que merecemos y haz que nuestro llanto se convierta en alegría, para que viviendo alabemos tu Santo Nombre y continuemos alabándolo eternamente en el cielo. Amén.Padre Nuestro,  Avemaría, Gloria.



CONSIDERACIÓN: JESÚS DESEA LA CONVERSIÓN DE LOS PECADORES.


Lectura del Santo Evangelio según San Lucas- En aquel tiempo, se acercaban a Él todos los publicanos y pecadores para oírle, y los fariseos y escribas murmuraban diciendo: Este acoge a los pecadores y come con ellos. Y El les propuso esta parábola, diciendo: ¿Quién habrá entre vosotros que, teniendo cien ovejas y habiendo perdido una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y vaya en busca de la perdida hasta que la halle?¿y una vez hallada, alegre, la pone en los hombros y, vuelto a casa, convoca a sus amigos y vecinos, diciéndoles: alegraos conmigo, porque he hallado la oveja perdida? Yo os digo que en el cielo será mayor la alegría por un pecador que haga penitencia que por noventa y nueve justos, que no necesitan penitencia. O ¿Qué mujer, teniendo 10 monedas, si se pierde una, no enciende la luz y barre la casa y busca cuidadosamente hasta hallarla. Y una vez hallada, convoca a las amigas y vecinas diciendo: alegraos conmigo, porque he hallado la moneda perdida? Tal os digo que será la alegría entre los Ángeles de Dios por un pecador que hace penitencia.


Palabra de Dios.


HABLA JESÚS:


Hazme si quieres, como una lista de tus necesidades y ven y léela en mi presencia. Recuerda el caso de mi siervo Salomón que me pidió sabiduría y le fue concedida en gran manera. No olvides a Judith, que imploró gran valor y lo consiguió. Ten presente a Jacob que me pidió prosperidad y le concedí muy generosamente todo lo que deseaba y mucho más. Sara me rogó y le alejé el demonio que la atormentaba. Magdalena oró con fe y la libre de sus malas costumbres. Zaqueo por su oración dejó su apego dañoso al dinero y se transformó en hombre generoso. Y Tú… ¿Qué es lo que deseas que te conceda?.


Dime francamente que sientes orgullo, amor a la sensualidad y a la pereza. Que eres egoísta, inconstante. Que descuidas tus deberes. Que juzgas muy severamente a tu prójimo olvidando mi prohibición. “No juzguéis y no seréis juzgados. No condenéis y no seréis condenados por Dios”.


Dime que hablas sin caridad de los demás. Que te preocupas mas por el que dirán los demás de ti, que por el “que opinará Dios”. Que te dejas llevar por la tristeza y por el mal genio. Que reniegas de tu vida, de tu pobreza, de tus males, de tus oficios, del trato que recibes. Olvidando lo que dice el libro Santo “Dios dispone de todas las cosas para el bien de los que lo aman”. Dime que tienes la costumbre de decir mentiras que no dominas tu vistas ni tu imaginación, que rezas poco y sin fervor, que tus confesiones son hechas casi sin dolor y sin propósito y que no evitas después las ocasiones de pecado y por eso vuelves a caer siempre en las mismas faltas. Que tu misa es tan mal atendida y que tus comuniones son hechas casi sin preparación y con poca acción de gracias. Que tienes pereza y miedo para hacer apostolado. Que a veces pasa hasta varios días sin leer una página de la Biblia.


Y yo te recordaré mis enseñanzas, que pueden traer una transformación total para tu vida. Te diré de nuevo “Dios humilla a los orgullosos , pero a los humildes los llena de sus gracias”… si eres descuidado en tus pequeños deberes, también los serás en los grandes. De toda palabra dañosa que digáis tendréis que dar cuenta en el día del juicio. Dichosos los que escuchen la Palabra de Dios y la practiquen.


Gozos


Oh Divino Niño Mi Dios y Señor Tú serás el Dueño De mi corazón.Niño amable de mi vida Consuelo de los cristianos. La gracia que necesito Pongo en tus benditas manos.Oh Divino Niño Mi Dios y Señor:Tú serás el Dueño de mi corazón.Tú sabes mis pesares Pues todos te los confío Da la paz a los turbados Y alivio al corazón mío.Oh Divino Niño Mi Dios y Señor Tú serás el Dueño de mi corazón.Y aunque tu amor no merezco No recurriré a Ti en vano Pues eres Hijo de Dios Y consuelo del cristiano. Oh Divino Niño…. Acuérdate oh Niño Santo Que jamas se oyó decir Que alguno té aya implorado Sin tu auxilio recibir.Oh Divino Niño….Por eso con fe y confianza Humilde y arrepentido Lleno de amor y confianza Este favor yo te pido.Oh Divino Niño…


Oración Final.


Oh Jesús: "Tú has dicho: todo lo que quieras pedir pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado". Por eso vengo a pedirte con toda fe: Jesús mío, mi amor, mi hermoso Niño: Te amo tanto, Tú lo sabes, pero quiero amarte mas, amarte hasta morir. Ven a mi, Niño Jesús, van a mi corazón, deja que yo te adore, humildemente arrepentido de mis pecados. Pastorcito de mi alma: contigo nada me falta, me conduces a fuentes tranquilas y reparas mis fuerzas, Tú me guiarás por el buen camino, por el honor de tu Nombre. Aunque camine por sendas oscuras nada temo porque Tu vas conmigo, Tu cetro poderoso me defiende, tu Bondad y tu Misericordia me acompañaran todos los días de mi vida. Dulce Jesús mío, Divino Niño de mi alma: Soy todo tuyo: tuyo es mi ser pues lo creaste; tuya es mi alma pues la redimiste en la Cruz con el precio de tu Sangre. Te proclamo Como mi Salvador y mi amigo: Como mi Rey, mi Creador y Redentor., Te adoro Como a mi Dios y Soberano Señor. Demuéstrame una vez más que me amas, oh Niño Jesús y dame tu amor eterno y tu santa bendición, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Jesús, José y María, bendecid nuestros hogares.Jesús José y María, libranos de todo mal. Jesús, José y María, salvad nuestras almas. Amén. Aleluya. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.



 

 

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